sábado, 11 de diciembre de 2010

The moment makes it real

Todo se reduce a momentos, concentrados, que al exprimirlos podemos encontrar de todos los tipos, colores y formas. Puedo sumergirme con él en uno de ellos, sentir lo más profundo de su esencia, de él, entonces él se empapa en mi aroma y los dos jugamos a inventar un nuevo capitulo en esta comedia romántica. Cada una de las gotas de ese momento recubre todo mi ser, las absorbo con rapideza y puedo sentirle a él, puedo sentirme a mi misma fundida en una sola alma. Es asombroso como dos seres surgidos de la nada, carentes de amor sincero que darse, hagan del tiempo una burbuja sin minutos ni horas y de dos cuerpos separados por la física uno solo.

Aparentemente todo es simple, todo es fácil, no tiene complicaciones porque se resume a un tipo de diversión o algo así, un entretenimiento picante y atrevido. Pero nuestros momentos esconden mucho más, hay veces en que son tan misteriosos que llegan a asustarme, se niegan a revelar la verdadera intención que hay detrás, hasta donde son capaces de llegar. Solo me permiten dejarme llevar, ese es el principio de todo. Ese es el principio de cada momento de fusión, y en eso se basa todo, eso fue lo que marcó el inicio del principio. Fue el momento, las chispas, la seducción y la gran atracción irremediable, a la que no quisimos ponerle barreras. Lo que me une a él no se le puede llamar sentimiento, sentimiento es algo que te sale del corazón, es algo abstracto y que no puede explicarse ni demostrarse. Lo nuestro es una ley de la física, polos completamente opuestos que se atraen con una fuerza extremadamente desgarradora.

Nuestros momentos son impulsos arrebatadores, con tanta pasión y desenfreno que consiguen traducirse en algo tan íntimo que produce ternura y cariño, que llega a abrir un vínculo entre los dos.

Es desquiciante, su forma de actuar me provoca estrepitosas caídas a la vez que me eleva a las nubes y me invita a volar entre golondrinas. Es el momento, el contacto físico, sentirle muy próximo a mi, saber que es para mi, que esa pasión que rebosa por todos sus costados tiene dueña y creadora, yo. Es su humor simple y irónico que le convierten en algo lejos de lo vulgar y hacen que parezca especial, distinto. Pero realmente, esconde una psicología simple y transparente, fácil de adivinar. Intenta jugar al escondite, pero mis pensamientos siempre acaban por alcanzar los suyos y pasarlos de largo. Cree divertirse y tener el control de la situación, pobre de él, que no sabe que está bajo una pequeña farsa que le convierte en títere de mi pequeño cerebro.


Y después de esto, de aceptar cual es la realidad y el precio que estoy dispuesta a pagar por no oponerme a las leyes de la física, aparecen preguntas. Unas con respuesta y otras que nunca la tendrán. Merecer la pena, para esa no hayo conclusión definitiva ni clara respuesta, es ambigua, depende de mi, de lo que me considero, o lo que considero que es esto.