
Los excesos no llevan más que al límite de todo lo posible. El exceso de esa voz culminó todas mis expectativas musicales, por lo menos en cuanto a soul. Realmente no se puede decir que ella estuviera ubicada en un género musical en concreto, de hecho, creó una manera personal de encajar notas musicales de un simple piano, una guitarra o una trompeta con esa potente voz blanca, propia de una garganta negra. Y al igual que ese exceso de voz le llevó al derroche de una vida joven que aún tenía por delante. No todo era incansable como lo eran sus pulmones o las vibraciones de sus cuerdas vocales. Tenía todo un camino trazado ya a sus 27 años, su música estaba encaminada al éxito de manera imparable, pero ella decidió encaminarse por el atajo más sencillo pero egoísta. Inconsciente de ella, insaciable lujuria, hundida en la soledad, subministrada por la peor dosis de dejadez. A este compás era difícil ponerle un final feliz, ese tempo no era asequible por ningún estilo de vida, y finalmente, nos dejó.
Yo amaba su música, adoraba su arte, y sé a ciencia cierta que su voz seguirá siendo la banda sonora de muchos momentos de mi vida. Más allá del cielo, del infierno, de la vida o la muerte, sus canciones seguirán decorando mis recuerdos y ella no seguirá siendo nada más que una gran artista.
Amy Jade Winehouse,
(Londres, 14 de septiembre de 1983 - Candem, 23 de julio de 2011)
(Londres, 14 de septiembre de 1983 - Candem, 23 de julio de 2011)