viernes, 16 de septiembre de 2011

This might be the end.

            Cada vez que empieza yo suelo ser fuerte. Suelo comenzar pisando fuerte, convencida de que no me dejaré llevar nuevamente. Quería creer que dominaba la situación hasta que se me fue de las manos. Creía tenerte lo suficientemente lejos como para evitar consecuencias desastrosas, como para evitar secuelas. Los movimientos fueron a tu favor, las reglas eran totalmente desconocidas para mi, en este juego no tenía ningún papel. 


Hubiese sido divertido si la partida hubiese estado más reñida, solo que esta vez tu ganabas con ventaja.

Ahora que he vuelto a tropezar con la misma piedra por milésima vez volveré a jurar a mis adentros que él no volverá a ser motivo de ningún tipo de dolor, que no se volverá a iluminar ninguna ilusión cada vez que su rostro ronde por mi cabecita ingenua. Y una vez más me mentiré a mi misma, porque como cada vez que esto se apaga, cada vez que me rindo abatida, él sigue jugando, la partida nunca acaba.