¿Puede que sea yo también una especie de “antisocial”? La verdad, es que poco me basta para dar un giro a mi estado de humor, aunque a veces este sea controlable, y no se relacione con la misma gente que lo hago yo.
Pero si hay algo que hace mi vida social escasa es mi falta de confianza propia. Me conozco, o creo que me conozco, como todos hacemos; por eso temo ser insuficiente para los demás, y consecuentemente mis actos no son los que la naturaleza dicta, sino que pasan por un proceso de selección y modificación artificial al cual soy yo misma la que les somete.
Me considero compleja, con metas y visiones diferentes a todos mis allegados, pero eso es normal. Aunque ahora me refiero a los adolescentes que me rodean en sí. Yo quiero, cuido y mimo mi presente, pero aún más mi futuro, por eso intento que mi día a día sea lo mejor y aprovechado posible, convirtiéndome así en una esclava del tiempo y la responsabilidad. Es cierto que, me encanta ponerme mis propias normas, mis retos y metas, y me complace aún más cumplirlos, me hace sentir orgullosa, y eso es lo que me llena. Pero existe una gran variedad de estos, entre ellos está la sección de: “relaciones sociales”, “estudios”, “yo, conmigo misma”...Así que no me ciego por completo en mis propósitos, ya que estos no me relacionan muy directamente con la gente.