lunes, 9 de mayo de 2011

Here things work like that

Si los niños votaran, los políticos legislarían para que se pudiera meter propaganda electoral en los bollycaos en lugar de cromos.

Si los niños votaran, habría parques más grandes y matemáticas más pequeñas.

Si los niños votaran, UPyD habría tratado de fichar a Bob Esponja y Rosa Díez daría los mítines disfrazada de Dora Exploradora.Si los niños votaran, habría más Tuenti y menos Twitter. O a lo mejor no habría ni lo uno ni lo otro.

Si los niños votaran, los mitines empezarían con un "¿cómo están ustedeeeees?" y acabarían con un "chimpón".

Si los niños votaran, habría un Ministerio de los Sueños, una Secretaría de Estado de las Pesadillas y el portavoz del Gobierno saldría a hablar con una pelota roja de goma en la nariz.

Si los niños votaran, Rubalcaba se haría el bajito. O se pondría detrás del títere a tirar de los hilos.

Si los niños votaran, las ratas que muerden a los críos de un año en la Cañada Real Galiana serían de peluche. Y siempre sería del menor la Ley del Menor.

Si los niños votaran, las arengas del político se harían con un bajavoz en vez de con un altavoz, y Bildu sólo sería el nombre de un muñeco que se ilumina por la noche. Como Furby o Gusiluz. Si los niños votaran, Esperanza Aguirre iría a inaugurar pantanos vestida como Pipi Langstrum y propondría que se privatizara el negociete del Ratoncito Pérez.


Pedro Simón y Rafael J. Álvarez, El mundo

lunes 9 de mayo del 2011