Alguien que me quiera, que se preocupe por mi, que me tenga en cuenta. No alguien desconocido, alguien que sea familiar, que le pueda tratar con total tranquilidad, con confianza, sin miedo a ser natural. Alguien simple, nada del otro mundo, alguien en quien confiar, a quien poder contarle mis hazañas y errores del día a día. Alguien que acepte y odie a la vez mis defectos y que idolatre mis virtudes. Alguien que me conozca, que sepa bien como soy, mis puntos débiles, mis ideales, mis metas y propósitos. Una persona que comparta mis más íntimos sueños, alguien con quien soñar. Alguien a quien al abrazar pueda conocer todos mis temores, saber que me inquieta. Alguien que me consuele en cada decepción, que seque cada lágrima, pero que también
comparta todas mis alegrías, que admire mis sonrisas.