
Hoy, paseando a orillas del sena, en el puente del Arte, ha sido cuando me he dado cuenta realmente de que estaba en Paris. A un lado el imponente d'Orsay, al otro el Louvre, a lo lejos la torre Eiffel, y una infinidad de tejados recubiertos de preciosas hornamentaciones, inconfundibles de su ciudad natal, Paris.
Al contemplar tal paisaje parisino, he podido sentir como mis ojos se derretian ante tanta belleza, se derretian convirtiendose casi en lagrimas. Nunca habia concebido tanta emocion en mi ser. También ha sido hoy cuando he podido confirmarme que esto es mi futuro, esto es lo que quiero, lo que mas deseo. Amo cada una de las caracteristicas de esta capital de la moda. Desde el extraño orden del teclado del ordenador hasta las papeleras que no permiten ser quemadas por hinchas desbordados. Desde sus gentes refinadas hasta los moros de Montmatre. Desde su icono principal hasta lo menos conocido, no que no debe ser visto. Todo, absolutamente todo. Todo esto sera mio, seguro.