Sin darme cuenta apresuraba poco a poco mis pasos, que necesitaban llegar ya a casa. Los pensamientos se me acumulaban a medida que avanzaba, la cabeza se me inundaba de ese mar de dudas, pero por lo menos esas dudas tenía alguna forma, no eran abstractas como otras veces, simplemente eran preguntas sin respuesta, demasiadas preguntas, demasiadas incógnitas por aislar.
Iba sin tacones, sin la cara con el maquillaje difuminado, sin ningún chupetón, ni muestras de ir más contenta de lo normal. Así que podía caminar lo rápido que quisiera hacia casa, sabía que mamá me esperaba sin malas caras, puede que hasta dormida.
Mientras caminaba trataba de buscar el error, del porqué de acabar siempre igual, que no quería decir que ese fuera un mal final, pero no el más deseado. Una vez más acabé con Henry, caminando por las ramblas, con las farolas encendidas y él y yo agarrados de los brazos, parecía una escena casi preparada. Era frustrante... ¿todos debíamos tener esa vida determinada: el novio, en un segundo lugar los amigos, estudios...? ¿Era ya necesario tener novio para seguir la misma vida que tus amigos? ¿Era esa una manera madura, o simplemente era que yo no había madurado lo suficiente aún? Porque, de todos modos, no es necesario dejar atrás a tus amistades por el amor de tu adolescencia. O a lo mejor, era yo que lo estaba viendo demasiado exagerado, por ahora soy yo la que no tiene ese alguien por el cual dejar de lado otras cosas. Al fin y al cabo sabía que tenía que respetar lo más normal a esta edad: un novio. ¿Pero tendrían ellos toda la culpa de la poca vida que hacía yo con mis amigos? Puede que si y puede que no, el tiempo que no pasase con ellos no debería ser estrictamente en vano, se podría aprovechar de tal manera que pudiera estar con otra gente o hacer otras cosas. Puede ser también que al estar durante tanto tiempo aferrada a aquellas personas ahora sea casi imposible engancharse a otras, sabiendo además como soy yo. ¿Deberíamos hacer nuestra vida en base a la sociedad que nosotros mismos nos hemos creado a nuestro alrededor? Pues no. En absoluto.
Cada uno debe seguir su camino, luchar por las cosas que le mueven a uno, porque, “el movimiento se demuestra andando”. De utopías no se vive y los sueños están hechos para cumplirlos. Por eso, nadie te va a decir cuáles son tus sueños y cuáles tus limitaciones para cumplirlos, eso solo lo pones tú, así que debes elaborar tu camino de tal manera que vayas cumpliendo sueños a medida que vas caminando por él. Será entonces, cuando vivas pendiente de tu camino, cuando aparecerán sin darte cuenta las nuevas experiencias, hechos desconocidos y hasta personas. Las cosas sucederán sin más, unas aparecerán ante ti y otras serán por las cuales tú has estado luchando. Pero solo así, yendo detrás de lo que es de tu interés llegarás a algún lado, al seguir la corriente en la que están sumergidos los demás solo conseguirás desconocerte un poco más a ti mismo y acabar por tomar elecciones, decisiones y direcciones en tu vida que ni te habías planteado y que decidiste tomar por miedo a conseguir aquello que tú querías, por miedo a no saber complacerte, pero, ¿quién te va a complacer mejor que tú a ti mismo?