lunes, 20 de enero de 2014

Y ahora todo esto me encanta, precisamente porque me empieza a gustar. Ahora esa idealización lejana que veía al otro lado del mediterráneo vuelvo a tocarla con mis manos pero desde la experiencia, todo más real, vamos. Puede que lo que en un principio no me dejara ver el encanto que se esconde en los rincones de una vida fuera eso mismo, lo real que empezaba a ser todo, el paso de vivirlo en mi mente a ser protagonista de un sueño. Y eso es lo que suele pasar con los sueños, que cuando llegas a uno de ellos tienes el mismo miedo a romperlo que las ganas que te llevaron hasta él.